Un día como hoy hace seis años, dos personas decidieron unir sus vidas para siempre...
Recuerdo que ese día salimos temprano en la tarde para tomarnos las fotos en el Campo de Golf de Puerto Plata., y luego hacia La Puntilla del Malecón. Luego de la sesión de fotos decidimos dar una vuelta y terminamos cenando en un restaurante de la Avenida. Y mientras hablábamos y compartíamos como dos esposos nuestros celulares no paraban de sonar, todo el mundo llamaba para ver donde estábamos, porque el juez se tenia que ir y de nosotros no se veía ni las luces. Llegamos tarde a la oficialía, y tarde a la recepción, y allá todos alababan la comida y nosotros no pudimos ni probarla, y después nos lamentábamos de lo que nos perdimos (obvio, solo a nosotros se nos ocurre ir a cenar antes de la boda) jajaja!
Otra cosa jocosa que recuerdo de mi boda, era que no aguantaba las zapatillas y me pase media fiesta descalza, caminando de aquí para allá, de mesa en mesa. Pero como mi boda fue muy intima, solo nuestras respectivas familias y los amigos con quienes valía la pena compartir ese momento, no me sentí fuera de lugar.
Hoy, seis años mas tarde, todavía podemos sostener la promesa de ''hasta que la muerte nos separe''. Mantener un matrimonio cuesta. Cuesta voluntad, sacrificio, dedicación. Porque la persona que uno escogió es la persona con la que uno debe estar. No por compromisos, sino porque por algo -entre todas los demás- la escogimos. Y a través de los años uno cambia, pero la esencia es la misma. Y lo que una vez vi en mi esposo todavía lo sigo viendo. Por eso estamos aquí. Juntos, a pesar de la adversidad.
Dentro de aquella conversación, en aquel restaurante -poco antes de casarnos- haciendo planes futuros. No hubo ni por asomo, algo que sucediera en la realidad. Hicimos castillos en las nubes y de aquello nada resulto igual. Sin embargo todo lo vivido no lo cambio por nada, porque la realidad supera la ficción. El es la persona que escogí para mi, para compartir mi vida, para formar una familia, para envejecer, para ser feliz. Y a su lado lo soy. Y todo lo malo que ha pasado solo ha contribuido a que nuestra union se haga mas fuerte, porque ya no esta basada en ''nubes'' sino en tierra. Donde los dos hemos comprendido que hace falta mucho mas para poder separarnos. Que nada ni nadie puede destruir lo que hemos logrado. De eso se trata el amor verdadero, de aceptarnos tal cual y aun así mirar hacia el futuro.
Te amo mucho, esposito mio!
Recuerdo que ese día salimos temprano en la tarde para tomarnos las fotos en el Campo de Golf de Puerto Plata., y luego hacia La Puntilla del Malecón. Luego de la sesión de fotos decidimos dar una vuelta y terminamos cenando en un restaurante de la Avenida. Y mientras hablábamos y compartíamos como dos esposos nuestros celulares no paraban de sonar, todo el mundo llamaba para ver donde estábamos, porque el juez se tenia que ir y de nosotros no se veía ni las luces. Llegamos tarde a la oficialía, y tarde a la recepción, y allá todos alababan la comida y nosotros no pudimos ni probarla, y después nos lamentábamos de lo que nos perdimos (obvio, solo a nosotros se nos ocurre ir a cenar antes de la boda) jajaja!
Otra cosa jocosa que recuerdo de mi boda, era que no aguantaba las zapatillas y me pase media fiesta descalza, caminando de aquí para allá, de mesa en mesa. Pero como mi boda fue muy intima, solo nuestras respectivas familias y los amigos con quienes valía la pena compartir ese momento, no me sentí fuera de lugar.
Hoy, seis años mas tarde, todavía podemos sostener la promesa de ''hasta que la muerte nos separe''. Mantener un matrimonio cuesta. Cuesta voluntad, sacrificio, dedicación. Porque la persona que uno escogió es la persona con la que uno debe estar. No por compromisos, sino porque por algo -entre todas los demás- la escogimos. Y a través de los años uno cambia, pero la esencia es la misma. Y lo que una vez vi en mi esposo todavía lo sigo viendo. Por eso estamos aquí. Juntos, a pesar de la adversidad.
Dentro de aquella conversación, en aquel restaurante -poco antes de casarnos- haciendo planes futuros. No hubo ni por asomo, algo que sucediera en la realidad. Hicimos castillos en las nubes y de aquello nada resulto igual. Sin embargo todo lo vivido no lo cambio por nada, porque la realidad supera la ficción. El es la persona que escogí para mi, para compartir mi vida, para formar una familia, para envejecer, para ser feliz. Y a su lado lo soy. Y todo lo malo que ha pasado solo ha contribuido a que nuestra union se haga mas fuerte, porque ya no esta basada en ''nubes'' sino en tierra. Donde los dos hemos comprendido que hace falta mucho mas para poder separarnos. Que nada ni nadie puede destruir lo que hemos logrado. De eso se trata el amor verdadero, de aceptarnos tal cual y aun así mirar hacia el futuro.
Te amo mucho, esposito mio!
