Cada día que me veo en el espejo me doy cuenta que cometí un gran error al cortarme el pelo a la mitad. Y cada vez que veo mis fotos anteriores y las recientes me da una nostalgia... Y pensar que tengo que esperar todo un año para que vuelvan a su largo habitual!
Recuerdo que el 30 de Diciembre me dije que quería entrar al 2011 totalmente diferente, por lo cual muy orgullosa decidí hacerme un cambio radical y decidida al fin llegue al salón toda orgullosa por lo que tramaba. Valientemente me senté en la silla ante los lamentos y gritos de horror de las demás féminas allí presente (que dramatica!!!) ...Y con una sonrisa de satisfacción por no sentir ni una pizca de remordimiento al ver mi hermosa cabellera yaciendo en el piso, me sentía realizada, jeje.
Sin embargo ahora la historia es otra. El corte no me salio como esperaba y el condenado pelo parece tener vida propia. No cede en nada. Oh hermosa y ondulada melena, cuanto te extraño!!!
Ahora bien, este relato me ha llevado a entender una gran verdad. Ninguna desicion debe tomarse a la ligera y mucho menos ser guiada por la impulsividad.
Cuantos errores hemos cometido por no detenernos a pensar que es lo que tenemos en realidad. Es muy fácil pensar, soñar y visualizar así como toda una película, lo que queremos obtener con tal o cual acción. Pero a veces las cosas pueden salir mal y termina uno pagando las consecuencias.
Y aunque siempre he dicho que los cambios son buenos (muletilla que ahora repito mas que nunca como consuelo, buaa), nunca esta demás poner las cosas en perspectiva: Si esta bien como está, dejelo así!!!
Esto aplica al trabajo, relaciones, amistades, etc, etc, etc. Antes de inventar es mejor pensar que ganaremos si llegáramos a perder.
